Mi reflexión de hoy va a ir dirigida a la expresión corporal
en la danza, para ello he elegido el tango como tema especifico con el que
trabajar.
Hablaremos del origen del tango de forma escueta para poder
entender como su evolución ha afectado a los cambios a la hora de expresar y
bailarlo.
La mayoría de los estudiosos coinciden en la década de 1880
como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada
manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba
habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos,
mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo
XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no
se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la
melodía. Musicalmente, el tango
entronca en su genealogía con la habanera hispano-cubana y es por tanto
hijo del trasiego mercantil entre los puertos de lengua española de La Habana
(Cuba) y Buenos Aires (Argentina), pero explica poco sobre sus orígenes.
Argentina pasó de tener dos millones de habitantes en 1870, a cuatro millones
veinticinco años más tarde. La mitad de esa población se concentraba en Buenos
Aires donde el porcentaje de extranjeros llegó a ser del 50 por ciento y adonde
acudían también gauchos e indios procedentes del interior del país. En este ambiente, se
comienza a bailar en tugurios y lupanares el nuevo ritmo que se asocia así
desde su inicio al ambiente prostibulario, ya que eran sólo prostitutas y
"camareras" las únicas mujeres presentes en las academias o
perigundines. Puesto que se trataba de féminas dedicadas en alma y, sobre todo,
en cuerpo a sus accidentales acompañantes, el tango se comenzó a bailar de un
modo muy "corporal", provocador, cercano, explícito… de un modo
socialmente poco aceptable como se vería cuando, siendo ya un fenómeno
emergente, el tango comenzó asalir del arrabal de su ciudad de origen y empezó
a expandirse.
Para
hablar sobre la expresión del cuerpo y del alma en el tango nos centraremos en
las últimas líneas plasmadas sobre su origen.
“El
tango es tan antiguo como el hombre, nació con el primer dolor del alma”
Esta
expresión define en su totalidad al tango, un modo de expresar tus emociones a
través del instrumento más importante como es el cuerpo.
El
tango generalmente lo percibimos como una danza sugerente, sensual, pasional… y
por ello, me gustaría que lo visualizaramos desde otra perpectiva totalemente
diferente como es el dolor, el sufrimiento, el miedo, el rechazo… Por otro
lado, el tango no es o blanco o negro, es decir, no expresa pasión o por el
contrario odio, sino que utiliza la contraposición de ambas para crear un
momento mágico donde estas emociones se fusionan para que nosotros como público
podamos entender ese dolor tan visceral del alma desde la sensualidad y la
pasión del cuerpo.
Por
lo tanto, el cuerpo es utilizado como medio por el cual fluyen todas las
emociones, las cuales podemos observar a través de la expresión facial y
matices personales que ofrecen una expresión corporal y emocional total.
Esto
no quiere decir que el tango siempre exprese dolor en el alma desde la
sensualidad del cuerpo, también observamos otras emociones como el amor, el
afecto, el cariño y el afecto, entre muchos otros sentimientos. Por ello, no
podemos calificar esta danza de una forma o de otra, ya que es impredecible, y
ahí reside la magia de esta.
Por
último, me gustaría lanzar una pregunta a mis compañeros: ¿Existen otro tipo de
danzas que expresen solo un tipo de sentimiento o emoción? ¿Por qué?
BIBLIOGRAFÍA
Mariñas, J.A. (1995). El tango. Recuperado
de: ttp://www.esto.es/tango/espanol/historia.htm
Cristina, buena elección del tema, además si no pongo mal el nombre a la cara, tenemos algún paso en la coreo de la gala con técnica de tango, ¿no?
ResponderEliminarTe falta citar en el cuerpo del texto y hay más texto citado tal cual que reflexión. Ve más allá, falta que conectes lo aprendido en la teoría en clase con esto. Puedes hacerlo mucho mejor. VENGA, sorpréndeme y sorpréndete.
Marta A.-